Si bien Carlos se destacó sobre manera en la labor de ampliar su reino y someter a los pueblos extranjeros, y consagró mucho tiempo a estas tareas, pudo además comenzar en diversos lugares muchas obras de embellecimiento o de utilidad para el reino, y logró terminar algunas. Entre ellas, con sobrado motivo pueden ser vistas como principales, la admirable construcción de la basílica de la santa madre de Dios en Aquisgrán, y el puente sobre el río Rin, en Maguncia, de quinientos pasos de largo (tal es allí el ancho del río). Este puente fue destruido por un incendio un año antes de la muerte de Carlos, y aunque estaba en su propósito sustituir la madera por piedra, no pudo rehacerlo, a causa de su precipitado deceso.
Comenzó a edificar dos egregios palacios (1), uno no lejos de la ciudad de Maguncia, cerca de Ingelheim, y otro en Nime-ga, sobre el río Wahal, que baña el sur de la isla de los bátavos. Cuando advirtió que las iglesias de su reino ostentaban una ruinosa vejez ordenó a los obispos y prelados encargados de su cuidado, que las restauraran, y por medio de sus legados puso especial empeño en que se cumplieran estas disposiciones.
CONSTRUCCION DE NAVES PARA COMBATIR A LOS NORMANDOS
También creó una flota (2) para combatir a los normandos, y a estos efectos construyó naves, junto a los ríos que desde Galia y Germania confluyen en el océano septentrional. Y como los normandos devastaban con asiduos ataques el litoral de dichas provincias, distribuyó guardias y centinelas en todos los puertos y desembocaduras de los ríos por donde se preveía que podrían penetrar navios, para impedir que el enemigo pudiese escapar por allí. Lo mismo hizo en el sur, en el litoral de la provincia de Narbona y de Septimania, y también en todo el litoral de Italia, hasta Roma, para enfrentar a los moros, que comenzaban entonces a practicar la piratería. Gracias a estas medidas, en tiempos de Carlos, ningún daño grave sufrió Italia por parte de los moros, ni Gaüa y Germania por parte de los normandos. Hay que exceptuar a la ciudad de Centumcellae (3) en Etruria, que por traición fue tomada y devastada por los moros, y a ciertas islas de Frisia, contiguas al litoral germánico, que fueron depredadas por los normandos.
(1) Entre la caída del imperio de Occidente y el surgimiento del arte gótico, el período carolingio señala un breve pero importante renacimiento de la arquitectura. Esta se caracteriza por expresar nociones de grandeza y orden, asociadas a los ideales políticos imperiales. Las grandes construcciones se producen entre fines del siglo VIII y mediados del siglo IX, y muestran una fuerte influencia de la arquitectura del norte de Italia. El palacio de Aquisgrán, si bien dos veces menor que el de Constantinopla, superaba las mayores villas romanas. Son frecuentes amplias bóvedas y criptas, pinturas y mosaicos con motivos déla antigüedad y bíblicos. Además délos palacios de Aquisgrán elngelheim, son obras de importancia las abadías de Saint Riquier, Saint Laurent. y Germiny les Prés. La reconstrucción délos templos y monasterios manifiesta una íntima vinculación con la reforma eclesiástica.
(2) Estas obras navales son puramente defensivas y costeras; construcción de flotas en los ríos, reparación de faros y fortificaciones. Se reducen a una simple respuesta a los ataques del norte y del mediodía. Desde las invasiones árabes, que cierran el Mediterráneo, el imperio carolingio carece de dimensión marítima y comercial, y anunciael mundo feudal.
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