martes, 5 de mayo de 2009

GUERRA CONTRA LOS AVAROS

A esta guerra sucedió la mayor de todas las emprendidas por Carlos, excluida la de Sajonia. Me refiero a la guerra contra los avaros o hunos (1). La dirigió con mayor ahínco y destinó a ella mayores recursos que a las otras. Sin embargo, sólo encabezó personalmente una expedición, contra Panonia, provincia entonces ocupada por este pueblo, y encomendó la realización de las otras a su hijo Pipino, a los prefectos de las provincias, y también a sus condes y legados. Aunque fue conducida por ellos con el mayor esfuerzo, esta guerra se prolongó por ocho años.

Cuántas batallas se libraron en ella y cuánta sangre fue vertida lo testimonian Panonia, hoy completamente desierta, y el lugar donde se erigía el palacio real del Khan, totalmente abandonado y sin vestigios de vida humana. En esta guerra pereció por entero la nobleza de los hunos y sucumbió toda su gloria; la riqueza y los tesoros por largo tiempo acumulados les fueron arrebatados, y no hay memoria humana que pueda recordar otra guerra contra los francos que los haya beneficiado más, y haya acrecentado tanto sus riquezas. En efecto, ellos, que hasta entonces parecían casi pobres, encontraron tanto oro y plata en el palacio real, tantos despojos preciosos tomaron en estas batallas, que puede pensarse con razón que los francos quitaron con justicia a los hunos aquello que antes los hunos habían arrebatado injustamente a otros pueblos (1).

Solamente dos de los proceres francos perecieron en esta guerra: Erico, duque de Friul, sorprendido en Liburnia, cerca de la ciudad marítima de Tersatto, en una emboscada tendida por sus habitantes, y Geroldo, prefecto de Baviera, muerto en Panonia por un desconocido, con dos compañeros que lo escoltaban solos, cuando ordenaba su escuadrón para el combate y cabalgaba exhortando a todos a la lucha contra los hunos. Por lo demás esta guerra fue para los francos casi incruenta y tuvo un felicísimo final, aunque por su magnitud demandó mucho tiempo.

Después de esta guerra, también la de Sajonia recibió un fin adecuado a su larga duración. La de Bohemia y la de Linonia, surgidas posteriormente y conducidas por Carlos el Joven, finalizaron con rapidez.

(1)Hemosintentadoconservare! curiosoencadenamientode ideas que en este fragmento presenta Eginardo. Obsérvese además cómo el autor distingue acciones semejantes con expresiones adverbiales de sentido opuesto, según los agentes de las mismas sean los francos o los hunos.

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