miércoles, 20 de enero de 2010

GUERRA DE A QUITA NIA

De todas las guerras que llevó adelante, la primera fue la de Aquitania, que su padre había comenzado, pero no concluido. Esta guerra que Carlos creyó podría finalizar con rapidez, fue emprendida en vida de su hermano, a quien solicitó ayuda. Y aunque éste no otorgó la asistencia prometida, Carlos prosiguió la expedición con gran ahínco y no quiso desistir de su propósito, ni abandonar esta empresa hasta llevar a buen término, gracias a su continua perseverancia, lo que se había propuesto. Obligó entonces a Hunoldo, quien después de la muerte de Wafario (1) había intentado ocupar Aquitania y recomenzar una guerra casi terminada, a abandonar el lugar y regresar a Gascuña. Sin embargo no toleró que Hunoldo se instalase allí, y luego de atravesar el río Garona, ordenó por medio de sus legados a Lobo, duque de los gascones, que devolviera al prófugo, bajo amenaza de exigirlo por la guerra, de no cumplirse con celeridad su mandato. Pero Lobo, haciendo uso de un sano parecer, no sólo devolvió a Hunoldo, sino que también se sometió él mismo, con la provincia que gobernaba, a la autoridad de Carlos.

(1) Wafario, hijo de Hunoldo, había sido asesinado en una emboscada por gente de su mismo pueblo. Hunoldo, ya anciano, se retira del convento en que se refugiara veinticinco años atrás e intenta atraer a los nobles de Aquitania y Gascuña para sublevarse contra Carlos.